

El auge minero de Iglesia comenzó en los primeros años del nuevo milenio. La puesta en marcha de grandes proyectos como la mina Veladero, operada por Barrick Gold, generó enormes expectativas en la comunidad. Las promesas de empleo, desarrollo de infraestructura y la llegada de regalías mineras alimentaron la ilusión de que Iglesia se convertiría en uno de los departamentos más prósperos de San Juan.
Sin embargo, veinte años después, el crecimiento que se esperaba no ha sido percibido de manera tangible por gran parte de la población. Aunque la minería ha traído consigo ciertas mejoras, como la generación de empleo directo e indirecto, las regalías y aportes han sido cuestionados por su falta de impacto visible en la vida diaria de los iglesianos. Este estancamiento ha generado una creciente inquietud sobre por qué Iglesia, a pesar de contar con recursos significativos, no ha brillado como otros departamentos mineros.
Factores que han limitado el crecimiento de Iglesia
Falta de Infraestructura y Servicios Básicos A pesar de la gran cantidad de regalías recibidas por el departamento en los últimos veinte años, la inversión en infraestructura básica sigue siendo limitada. Caminos en mal estado, acceso restringido a servicios de salud y una baja conectividad digital son algunos de los problemas que afectan a los iglesianos. La falta de inversión eficiente en infraestructura ha limitado las oportunidades de desarrollo económico más allá de la minería.
Dependencia de la Minería Iglesia ha mostrado una fuerte dependencia del sector minero como motor económico, sin haber diversificado su economía hacia otras industrias. La falta de impulso a sectores como el turismo, la agricultura o la producción local ha impedido la creación de nuevas fuentes de ingreso y empleo, lo que contribuye a la sensación de estancamiento económico.
Falta de Transparencia y Gestión Eficiente Uno de los temas más controvertidos en el departamento es la gestión de las regalías mineras. Los fondos destinados al desarrollo local no siempre han sido utilizados de manera eficiente ni transparente, lo que ha generado dudas sobre su verdadero impacto. La comunidad se ha visto afectada por la falta de información clara sobre cómo se han invertido estos recursos y por qué no se han logrado resultados tangibles a nivel social y económico.
Pocas Iniciativas de Desarrollo Local Otro de los factores clave ha sido la escasa promoción de iniciativas de desarrollo local que involucren a la comunidad en proyectos sostenibles. A pesar de la llegada de grandes sumas de dinero, no se han incentivado lo suficiente los programas de emprendedurismo, ni se ha promovido el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas, limitando la capacidad de los iglesianos para generar su propio progreso.