Iglesia, tierra minera sin ley de promoción local: el desafío de integrar a la comunidad al desarrollo

Minería10/06/2025
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El departamento de Iglesia, es uno de los territorios más ricos en recursos mineros del país. Con proyectos de gran envergadura como Veladero en operación y otros en etapas de exploración avanzada, se presenta como un motor clave para el desarrollo económico local. Sin embargo, a pesar de su potencial, Iglesia aún carece de una ley específica que regule, acompañe y promueva el crecimiento de los proveedores y trabajadores locales vinculados a la minería.

Mientras provincias vecinas como La Rioja, Salta y Catamarca han avanzado en marcos normativos que priorizan el desarrollo local, en  Iglesia sigue sin contar con una legislación que garantice una verdadera inclusión de su comunidad en la cadena de valor minera.

El caso riojano: un modelo de referencia
La recientemente sancionada Ley de Desarrollo de Proveedores Mineros y Mano de Obra Riojana representa un hito en la política de responsabilidad social empresarial (RSE) y desarrollo territorial. Esta normativa establece que las empresas mineras deben contratar al menos un 70% de proveedores y trabajadores locales, y contempla la creación del Registro Provincial de Proveedores de Empresas Mineras (REPEM).

Además, propone un sistema de contratación en “anillos”, privilegiando en primer lugar al departamento donde se ubica el proyecto, luego a la región y finalmente al resto de la provincia. Como incentivo adicional, se prevén beneficios fiscales y financieros para las compañías que promuevan una mayor participación femenina (superior al 20%) o la inclusión de jóvenes.

Salta y Catamarca: otro paso adelante
En la misma línea, Salta ha implementado normativas que obligan a las empresas mineras a incorporar proveedores locales certificados y a priorizar la contratación de mano de obra de las comunidades cercanas. Catamarca, por su parte, ha desarrollado un sistema similar de registro y beneficios para empresas locales, fomentando la capacitación y la formalización del sector.

Estas iniciativas responden no solo a una necesidad económica, sino también a una mirada estratégica de sustentabilidad social, en la que la minería se transforma en un vehículo de inclusión y desarrollo.

Iglesia, con potencial pero sin normativa
En contraste, en Iglesia aún no existe un marco legal que garantice que la riqueza generada por la minería se redistribuya de manera equitativa dentro de la comunidad. Las oportunidades para proveedores locales son escasas o desiguales, y muchas veces dependen de decisiones discrecionales más que de criterios claros y sostenibles.

La falta de un Registro de Proveedores, de políticas de incentivo fiscal, de promoción del empleo joven o femenino, y de una planificación articulada con el Estado provincial, limita el impacto positivo que la minería podría tener en el territorio iglesiano.

El rol de la RSE y la licencia social
En este contexto, la responsabilidad social empresarial adquiere un papel central. Las empresas que operan en Iglesia tienen la oportunidad y la obligación moral de promover una minería que no solo sea técnicamente eficiente y ambientalmente responsable, sino también socialmente inclusiva. Sin una legislación que lo exija, esta responsabilidad recae enteramente en la voluntad corporativa, lo que hace urgente una normativa que lo institucionalice.

La llamada licencia social para operar no puede sostenerse únicamente en acuerdos voluntarios. Se necesita una ley que brinde previsibilidad, equidad y oportunidades reales para que las y los iglesianos puedan ser protagonistas del desarrollo minero.

Iglesia necesita una ley provincial YA
No podemos seguir dejando que el crecimiento pase por al lado. Cada día que pasa sin una ley, es una oportunidad menos para nuestra gente. Cada contrato que se firma sin reglamentación, es una puerta que se cierra a nuestros trabajadores y empresas.

Es hora de exigir una ley provincial de desarrollo local hecha para Iglesia y  que defina prioridades, promueva empleo digno y asegure que la minería también deje huellas en nuestra economía, y no solo en nuestras montañas.

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